Preparación para el éxito
Agosto de 2015
Ivan Obolensky
Uno de los conceptos más importantes que toda persona debe dominar es lo que se conoce como la preparación. Se aplica tanto a las personas como a las organizaciones.
Para que una corporación, una agrupación o una persona puedan crecer, deben estar preparadas para hacerlo. De lo contrario, no lo lograrán. Esto puede parecer obvio, pero es un imperativo que a veces se pasa por alto o, muy probablemente, se pospone. La idea queda enterrada en los quehaceres cotidianos que definen las rutinas necesarias para mantener a flote un negocio o a una persona. Siempre habrá tareas esenciales que deban cumplirse de inmediato. Sin embargo, si no se presta la atención suficiente al futuro, este muy pronto se convertirá en el presente.
Una organización debe estar preparada para expandirse y tener éxito.
El jefe de una empresa puede decidir aumentar los ingresos y las ganancias mediante un incremento de las ventas. Puede también desarrollar y ejecutar un plan de mercadeo que promocione ampliamente los productos que la empresa fabrica. Las instalaciones de entrega pueden reforzarse para que esta actividad satisfaga las expectativas. Todo esto es sencillo, pero lograr las metas se dificulta cuando el afán diario consume la mayor parte del tiempo y la atención. Además, este ajetreo no incluye algún desastre ocasional cuyo manejo apropiado exija un esfuerzo monumental. Tampoco contempla la investigación posterior que se requiere para conocer sus causas, ni los programas necesarios para prevenir que se repita. Puede ser que sin planear un futuro brillante y sin preparar luego las condiciones para alcanzarlo este surja, pero no necesariamente como lo hubiésemos querido. El trajín diario, la producción simple y llana, y las cifras de ventas anémicas sencillamente se extenderán en el futuro.
Una organización puede disponerse también para el fracaso.
Una empresa podría, por ejemplo, ampliarse tanto que necesitara crear una nueva planta; pero ¿qué sucedería si el préstamo para la ampliación se hace con tasas de interés a corto plazo que de repente se triplican? Sería posible que el aumento de los gastos por intereses imponga tanta presión sobre las utilidades que la organización deba aprovechar todas las líneas de crédito existentes para poder seguir trabajando. Finalmente, la empresa no podría continuar porque ningún banco le extendería más el crédito.
Otra manera de prepararse para el fracaso es no seguir el ritmo del entorno cambiante de los negocios. Por ejemplo, una empresa fabrica discos de audio y de video. La demanda de estos se agota y son reemplazados en el mercado por discos duros que no requieren ya de este tipo de dispositivos. La administración de la empresa podría haber previsto esta eventualidad, pero el mercado se vino abajo más rápido de lo esperado. El resultado es una empresa en quiebra.
Para que las personas tengan éxito, también deben preparar sus vidas para ganar.
Tener suficiente habilidad, hacer lo que a uno le gusta, actuar con seguridad, crear la libertad financiera, ser feliz: todas estas son condiciones que requieren preparación. Esto significa planear, trazar una estrategia y dar los pasos necesarios.
Las personas también pueden prepararse para perder.
Uno puede tener un empleo con pocas esperanzas de obtener un aumento salarial y con beneficios que se reducen lentamente. Esta situación crea ansiedad, pero la necesidad de cambiar es pequeña comparada con la prioridad de sobrevivir. La idea de tener que salir a buscar otro trabajo, junto con la ausencia potencial de ingresos durante la transición, resulta desastrosa, sobre todo si otras personas dependen de nuestro respaldo económico.
Uno puede encontrarse inmerso en un ambiente familiar o laboral tóxico, donde no exista la energía necesaria para un cambio. Un entorno así podría abrumarnos.
Seguir un camino alineado con el propósito de nuestra vida puede marcar la diferencia, pero esto no siempre es posible.
De modo que, ¿cómo empezar a preparar las cosas como uno quisiera?
En primer lugar, es necesario responder a las siguientes preguntas:
Partiendo de lo que puede prever hoy, ¿su negocio o su condición laboral están preparados para triunfar o perder?
¿Su vida personal está preparada para ganar, o no?
Si, después de examinar esto, uno determina que se requiere un cambio, habría que considerar algunas cosas:
- Decidir qué es lo que uno quiere.
Sin una visión clara del resultado final, no es probable que los esfuerzos rindan frutos.
- Comprometerse con la decisión.
El cambio es la única manera de transformar las cosas, para bien o para mal. Si uno no tiene desde el comienzo la firme decisión de modificar su vida, ¿cómo podría esta cambiar?
A nivel empresarial, la creación de un plan y una estrategia para implementarlo son factores importantes. Al agregar un nuevo proceso, o una nueva línea de producto, la mejor manera de hacerlo es realizar pruebas por separado en lugar de encomendar la tarea a personas que se encuentran ya ocupadas. Si esto no es posible, una conferencia con los responsables del trabajo, usando sus sugerencias, no solo ayuda a reducir la resistencia a los cambios, sino que asegura también que las rutinas vitales no se abandonen frente a las nuevas.
- Tomarse el tiempo necesario.
Los cambios requieren tiempo para su implementación. Los que son sustanciales demandan a menudo tres veces la cantidad de tiempo previsto. Los mayores fracasos que he experimentado son el resultado de no permitirme el tiempo y el esfuerzo que requerían. Mi preparación fue insuficiente para obtener el resultado previsto.
Al dedicar la cantidad necesaria de tiempo se logra la continuidad de las actuales rutinas, de manera que no surjan situaciones críticas en el camino que puedan hacer fracasar por completo el plan.
En otro nivel, he observado que la gente tiene por lo general dos maneras de prepararse para la creación de una vida mejor: o lo hacen gradualmente o lo transforman todo de una vez. A veces, la última parece ser la única manera de proceder, pero es probable que la explosión resultante se deba ya de por sí a una planificación insuficiente. El cambio planificado es mejor.
El otro factor que provoca una explosión es la resistencia al cambio. Hacer un cambio real y duradero en la vida no es algo fácil. Algunas personas sienten que la única solución es alterar la situación actual de manera irrevocable. Hacer estallar las conexiones y las relaciones parecería ser la única manera de lograr que el cambio suceda. Esto puede ser cierto, pero muchas veces una mirada retrospectiva confirma que existían mejores maneras de hacerlo. Permitir el tiempo suficiente para tomar las medidas necesarias reduce el daño colateral.
- Recordar que el curso de la vida real y el crecimiento vienen en olas. No son lineales. Se debe planear considerando el flujo y el reflujo del progreso.
En los negocios, si se consigue y se concreta una venta, no hay que esperar que el número de productos vendidos y los ingresos generados aumenten el mes siguiente. Hay que planear pensando en la fase descendente.
Esto también se aplica a una persona. Las expectativas tienen que gestionarse como en un negocio.
- No evitar las partes difíciles.
En primer término, estas suelen ser la razón de haber llegado a la dificultad; es por eso que son difíciles. Lo más probable es que no se haya tenido la preparación para hacer frente a estos problemas, o que esta fue insuficiente.
- Cuando todo lo demás falle, buscar ayuda.
Por lo general, los demás son más avezados en la percepción de nuestros problemas personales o de negocios y pueden indicarnos cuándo estamos dándoles vueltas en lugar de abordarlos de frente. No es personal. Es la forma en que actuamos y como funciona nuestra mente. (Ver Lo incompleto y la imaginación).
Muchos factores determinan el éxito. Se dice que Napoleón pospuso la entrega del mando a un mariscal de campo prospectivo hasta que la suerte lo acompañara.
Dejando de lado la suerte, el dominio de la preparación es una de las claves del éxito en todos los campos.
Si está preparado para tener éxito en su vida, usted es bienaventurado.
Si no es así, los pasos anteriores le ayudarán. A mí me sirvieron.
Referencias:
Mi propia experiencia.
Lea su blog de autor en inglés o la traducción literaria al español de su novela, El ojo de la luna.
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Very good article, Ivan. Thanks.