La motivación del ingenio (tercera parte)
Marzo de 2017
Ivan Obolensky
La civilización se considera emergente y compleja porque las estructuras creadas por la interacción de millones de elementos muestran poca semejanza con las partes que las componen. Basta considerar el Internet para familiarizarnos un poco con el concepto. ¿Quién podría haber previsto las dimensiones que ha alcanzado hoy?
Las estructuras más elevadas e intrincadas se basan en la complejidad ya existente, y los niveles más altos de organización dan forma a las propiedades de los componentes de un nivel inferior. Este impulso hacia abajo se denomina causalidad descendente.
En términos moleculares, los enlaces entre elementos distribuyen la energía dentro de un sistema y reducen la cantidad de energía disponible para realizar un trabajo. La forma que adoptan las moléculas y las configuraciones que pueden asumir están determinadas por las leyes de la mecánica cuántica. Cuanto más compleja sea una molécula, más enlaces tendrá y mayor será la uniformidad con la que puede distribuirse la energía y mantenerse en ellos en forma de vibraciones. La energía parece sentirse más cómoda cuando se dispersa de esta manera. Por lo tanto, nuestro universo funciona para respaldar la complejidad, no la simplicidad.
Para que las estructuras complejas existan, los elementos que las componen renuncian a ciertas libertades y se ven limitados a actuar de maneras a menudo divergentes de su comportamiento habitual como elementos individuales. Esto se conoce como coherencia. Si no fuera así, las estructuras complejas simplemente se desintegrarían después de un breve período.1
En términos sociales, nosotros, como miembros de la sociedad, tenemos que actuar apropiadamente cuando interactuamos dentro de un grupo, a pesar de tener instintos que nos llevan a no estar de acuerdo y que nos invitan a luchar contra las exigencias de los demás. Si estas tendencias individualistas fueran completamente dominantes, no formaríamos nunca grupos; pero lo hacemos. Deben existir fuerzas más poderosas que nos mueven hacia la cohesión.
Conservar la energía hasta que sea necesario usarla es un mecanismo empleado por casi todas las criaturas vivientes. Ser parte de estructuras y sistemas organizativos complejos permite a sus miembros usar menos energía de la que gastarían si fuesen individuos solitarios. Este es el beneficio que la sociedad brinda al individuo por su participación en ella.
Recibir un paquete de Amazon a través de UPS es un buen ejemplo. Para el individuo, resulta más eficiente en términos de energía que ir a la tienda. ¿Por qué? La infraestructura mantiene la energía con tanta eficacia como lo hacen los enlaces químicos. La energía se puede almacenar en estructuras y sistemas, como es el caso de los almacenes y métodos de transporte, que requieren una cantidad de energía mínima para funcionar una vez que se han establecido. Si una persona transportara en canoa un solo paquete a través del océano Atlántico, la energía gastada, el costo, el tiempo y la confiabilidad resultarían mucho más caros que si se transportara ese mismo paquete junto con miles más. Sabemos que esto es cierto porque el costo de enviar un paquete de Nueva York a Londres para que llegue de un día para otro es quizá de unos cincuenta dólares, mientras que solamente la compra de una canoa para intentar el viaje costaría varios cientos de dólares. La razón por la que el viaje individual cuesta mucho más es que el individuo no cuenta con la infraestructura para hacer el viaje, y es necesario que la construya para poder usarla.
Esta realidad es lo que hace difícil ser un individuo. Los individuos deben gastar más energía para crear lo que ya puede existir y estar disponible para ellos si deciden ser parte de una sociedad organizada. La complejidad que hemos creado y la conveniencia que nos proporciona son nuestro mayor regalo para el futuro y nuestra mayor maldición.
Los grupos, asociaciones, corporaciones, sociedades y civilizaciones existen porque tienen sentido económico. Tienen organización y son más eficientes energéticamente. Es la organización la que también permite la creación de tecnología.
Organizar significa disponer elementos en un conjunto conformado por partes interdependientes. La naturaleza lo hace a través de las leyes naturales, que conducen a estructuras más complejas. Los seres humanos contamos también con la capacidad de organizarnos. Otra forma de ver la tecnología es considerarla como la disposición de las partes en sistemas que realizan diversas funciones. Las nuevas tecnologías son nuevos arreglos. Debido a que la tecnología es fundamentalmente organizativa y estructural, las reglas de coherencia y de causalidad descendente se aplican a ella. Tampoco tiene que ser electrónica. La invención de la acuñación permitió a los usuarios comprar lo que necesitaban con monedas pequeñas en lugar de transportar una docena de pollos. El dinero es una tecnología cuya eficiencia e impacto no pueden subestimarse.
Para establecerse y mantenerse, la sociedad y la tecnología deben ofrecer algo que todos queramos y necesitemos. Lo que ambas ofrecen es conveniencia. La conveniencia es la causalidad descendente de la estructura emergente que conocemos como civilización; lo que nos une a todos y da forma a nuestras actividades a lo largo de ciertos caminos. Es un sesgo poderoso.
Hoy, la ciencia y la tecnología impulsan la sociedad moderna. Las dos aportan complejidad adicional, de la misma manera que se añade otro piso a un edificio de apartamentos. También actúan como poderosas fuerzas de causalidad descendente. Las sociedades y las civilizaciones son manifiestamente conservadoras por esta razón.
La conveniencia juega su parte en esto. El cambio requiere del gasto de energía. El cambio rara vez es conveniente.
Un motor principal del cambio es el genio individual. Los genios suelen estar en conflicto con el statu quo. La sociedad los ama y los odia a la vez, porque tienden a ser perturbadores. En el último artículo señalamos que la demanda de significado que hace el individuo es instintiva y se basa en el deseo de competencia, conexión y autonomía. Estas necesidades psicológicas a menudo entran en conflicto con las exigencias del grupo.
La motivación del genio es descubrir y comprender algo único acerca del mundo. El resultado es un nuevo significado. Esta motivación tiene una inspiración individual, pero incluso el genio se ve limitado por la coherencia que demanda la sociedad de la que forma parte.
Los genios encuentran eco en nosotros porque se conectan. El gran arte se conecta con el espectador de una manera primordial y satisfactoria. La sociedad, por otra parte, nos llevaría a conectarnos solo de ciertas maneras.
La conexión y el hecho de estar conectados no son lo mismo. Hoy estamos conectados, pero no en el nivel visceral que nos brinda significado. Tales conexiones primitivas pueden ser perturbadoras. El Rock and Roll generó trastornos durante la década de 1960 ya que su sexualidad latente entró en conflicto con las costumbres sexuales de la época. Esto inspiró una revolución.
La forma en que escuchamos la música ha cambiado desde la década de 1960, y más fundamentalmente desde 1994.
Hoy la música está en todas partes. La tecnología de compresión, el formato de audio MP3 en particular, es lo que hace que la música se encuentre disponible y al instante.
MP3 es un formato de codificación de audio que utiliza compresión con pérdida, conocida también como compresión irreversible. Es un tipo de manipulación de datos que utiliza aproximaciones inexactas y el descarte parcial de datos para representar contenido.
Hoy queremos descargas instantáneas, pero esto tiene un costo.2
El formato digital de CD requiere 1.411.200 bits/seg. La transmisión de una codificación de MP3 típica suele ser de 128.000 bits/seg. El resultado son archivos de audio mucho más pequeños. Se trata de una tasa de compresión del 91 % en comparación con la de los CD. Esto es conveniente, pero ¿qué es lo que estamos descargando? En un artículo anterior, El lenguaje y la era digital, mencioné que lo digital podría considerarse escalonado, mientras que lo análogo es una curva suave. Lo análogo es siempre la opción de gama alta, y lo que la naturaleza utiliza. Ese artículo hacía referencia a la transmisión de datos de calidad por los CD. Hoy, la calidad de la música es un 91 % menos que incluso los CD, y la música ya no logra ofrecer al oyente el impacto y la experiencia que solía brindarle.3
La tecnología, puesto que es compleja y estructural, genera una causalidad descendente. La tecnología de compresión es un ejemplo. Ha restringido la forma de escuchar música, pero la aceptamos por la conveniencia y la disponibilidad que permite el formato.
La causación descendente emergente de las estructuras altamente complejas es lo suficientemente poderosa como para influir no solo en las artes, sino también en las ciencias.
Durante las décadas de 1920 y 1930 surgió un movimiento científico llamado el Positivismo Lógico. Sus seguidores pensaban que los datos eran datos y existían independientemente de cómo se descubrieran, o de lo que la gente pensara de ellos. Una computadora cargada con todos los datos del mundo no sería funcional a menos que se le diera una pista de lo que sus creadores quisieran. Los datos no son nada sin alguna forma de sesgo.4
En 1963, Thomas Kuhn escribió La estructura de las revoluciones científicas. Uno de los conceptos que esbozó fue que los datos observacionales están cargados de teoría. Los datos se miran dentro del marco de lo que el observador cree.
Supongamos, por ejemplo, que uno es un ictiólogo, tiene un pez, lo disecciona y aprende todo sobre sus estructuras internas. Luego toma fotografías, dibuja diagramas, muestra cómo esta especie se compara con otras y escribe un estudio sobre esta en particular, que luego es aceptado por una revista científica. Esta es ciencia típica.5
Imaginemos ahora a un científico que vive en el sudeste de Asia y cree en el origen dependiente. Para él, el pescado en la sala de disección no es una representación exacta de un pez. El pez fue capturado en un lugar específico. ¿Qué lo situó en ese lugar? Supongamos que había un anzuelo y una carnada. ¿Qué hizo que mordiera el anzuelo? ¿Y si el pez no hubiera tenido hambre en ese momento?
En este contexto, el pescado no es visto como un acontecimiento, sino como un proceso. En la mecánica newtoniana, una bola de billar golpea a otra y el resultado es previsible a partir de las leyes del movimiento basadas en una sola causa. Según el concepto del origen dependiente, existe una pluralidad de causas. Los estados del ser se desprenden de estados preexistentes anteriores.6
En este ejemplo, los mismos datos en bruto se ven de forma diferente incluso cuando se aprecian desde una perspectiva científica. ¿Quién tiene más razón? La respuesta depende del punto de vista personal y de la teoría a la que uno se adhiera. Las teorías científicas existen dentro del contexto social que las moldea.
El genio también tiene lugar dentro de ese mismo contexto. Steve Jobs es considerado un genio. ¿Lo habría sido de haber nacido cincuenta años antes?
El genio es contextual porque, como con cualquier trabajo que se expone al público, su éxito y aceptación dependen en gran medida de la disposición de la sociedad para acogerlo. La Teoría General de la Relatividad no habría sido aceptada en 1600. Tampoco lo habría sido la idea de un avión.
En la película, Beltracchi: el arte de la falsificación, una de las galeristas especializada en el arte alemán de los años 20 y 30 puso de manifiesto la diferencia entre una falsificación de Wolfgang Beltracchi y la obra verdadera. Ella decía que el falsificador no sufrió la extraordinaria batalla mental necesaria para luchar contra las presiones sociales existentes que hicieron que las obras de Ernst Ludwig Kirchner fueran tan emocionantes y originales. Este conflicto no está contenido en la falsificación, y es lo que le da el carácter de una falsificación.7
Lo que motiva al genio puede ser la rebelión contra ese contexto social, pero ese contexto canaliza igualmente al genio. Si se empuja el límite demasiado lejos, el trabajo no será aceptado.
Sin ese instinto de subvertir, ¿se habría creado la obra? Todos estamos motivados por nuestros impulsos internos y estos se expresan de ciertas maneras. Si presionamos demasiado a la sociedad de la que formamos parte, también nos veremos aislados. La ciencia, a pesar de su supuesta independencia, objetividad y búsqueda incesante de la verdad, también se canaliza, aunque solo sea por medio de la financiación; ¿y quién determina eso?
Hoy nos encontramos en una sociedad excesivamente conectada que experimenta poca conexión real entre sus miembros individuales. Gran parte de esto se puede endilgar a la tecnología que refuerza nuestro deseo de conveniencia. La necesidad de velocidad y disponibilidad ha menoscabado nuestra capacidad de conectarnos en el nivel más fundamentalmente humano de la música. En una escalofriante semejanza con los “hermosos” mencionados en el trabajo de Calhoun de los años 60, muchos de nosotros nos pavoneamos con extensos tatuajes, mejoras corporales, cirugías y esfuerzos para vernos bien. La obsesión con nosotros mismos ha alcanzado un nuevo nivel. Ya no nos vemos sino como mensajes y actuamos guiados por ellos sin un análisis completo. No nos tomamos el tiempo de mirarnos a los ojos para ver el fervor, que de otro modo nos llevaría a hacer una pausa.
A largo plazo, la densidad de población es también un factor desconocido que inducirá cambios en el comportamiento, de maneras que aún no entendemos. La procreación en el mundo desarrollado se está convirtiendo en algo anormal en lugar de lo normal. Es probable que los niveles de población humana disminuyan y se resuelva el problema para nosotros. La bioingeniería puede crear bebés de probeta, pero alguien tendrá que criarlos y educarlos. La pregunta es: ¿cómo será esa educación y cuál será el resultado?
Estamos impulsados por instintos que entran en conflicto con lo que demanda el mundo de hoy y, a juzgar por la teoría de la complejidad, es probable que tengamos más limitaciones en el futuro. Los instintos toman miles de años en cambiar y las estructuras que hemos construido requieren apenas una pequeña fracción de ese tiempo. Habrá conflictos.
El genio se ve impulsado internamente pero también lo forman factores externos. Gran parte de la manera como nos sentimos es instintiva y mucho es inducido en nosotros por la sociedad en la que vivimos. Es probable que si examináramos nuestras acciones de cerca, entenderíamos que estamos influenciados por ambos aspectos, y mucho más de lo que habíamos considerado inicialmente. Nuestro libre albedrío y nuestro propio determinismo son limitados.
¿Qué podemos hacer como individuos y cómo podemos hacer frente a estas circunstancias?
Para empezar, no es necesario ser un genio para saber que tenemos que revisar detenidamente el tema de la conveniencia y la manera de adoptar su opuesto. La conveniencia trae beneficios, pero también peligros. Es un arma de doble filo. Tenemos que ser conscientes de los aspectos positivos, pero conocer también los costos y pensar en las posibles consecuencias indeseadas. Todos podemos tener las semillas del verdadero genio dentro de nosotros, pero nunca lo sabremos hasta que no decidamos salir de lo que consideramos conveniente.
Como nota final, algo que me da esperanza son las cosas asombrosas que depara el futuro. Si la vida y el camino del universo se mueven naturalmente hacia lo más complejo, nuestras vidas se harán más ricas, siempre que podamos mantener nuestra individualidad y nuestra capacidad de tomar el camino menos cómodo. Es la única manera de cosechar la alegría que la vida nos presenta como una posibilidad a cada uno de nosotros.
- Marsh, G. E. (2009) The Demystification of Emergent Behavior. Consultado el 11 de marzo de 2017 en: https://arxiv.org/ftp/arxiv/papers/0907/0907.1117.pdf.
- Rosenberg, J. (Director) (2014) The Distortion of Sound. Consultado el 11 de marzo de 2017 en: https://www.youtube.com/watch?v=mDZcz-V29_M&feature=youtu.be.
- Brain, M. (2000) How MP3 Files Work. How Stuff Works. Consultado el 11 de marzo de 2017 en: http://computer.howstuffworks.com/mp31.htm.
- A. (S. F.) Logical Positivism. Consultado el 11 de marzo de 2017 en: http://www.loyno.edu/~folse/logpos.htm.
- Kuhn, T. S. (1962) The Structure of Scientific Revolutions, Fourth Edition. Chicago, IL: Chicago University Press.
- O’Brien, B. (2017) The Principle of Dependent Origination in Buddhism. Consultado el 11 de marzo de 2017 en: https://www.thoughtco.com/dependent-origination-meaning-449723.
- Birkenstock, A. (Director) (2014) Beltracchi: The Art of Forgery. Alemania: Global Screen.
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